Una localidad de Bretaña, en Francia, ha conseguido reducir la mortalidad por atropello de anfibios, fundamentalmente sapos durante la época de cría al cerrar a la circulación una carretera que cruzaban en búsqueda de zonas húmedas para su reproducción. Se trata de un ejemplo claro y rotundo de cómo gestionar con los medios de los que disponen los gestores para mejorar la viabilidad de las especies protegidas en áreas más o menos antropizadas.
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